El 11% de la población española padece dolor crónico, normalmente bajo las formas de lumbalgia, cefaleas, fibromialgia o artrosis. Los estudios han demostrado que los trastornos psicológicos como el estrés o la depresión aumentan su padecimiento, y sin embargo en España faltan prácticas de tratamiento psicológico para aliviar el dolor endémico. La elaboración del primer protocolo de la terapia cognitivo-conductual, recogida en el manual Terapias Psicológicas para el Tratamiento del Dolor Crónico, representa el progreso en la lucha y la disminución de esta enfermedad en nuestro país.
El manual ha sido publicado por los investigadores Jenny Moix y Mª Isabel Casado desde la Universidad Complutense de Madrid y la Autónoma de Barcelona, y ha sido cofinanciado por el Ministerio de Salud y consumo y por la fundación Kovacs. La urgencia por profundizar en las terapias de esta enfermedad se veía aumentada por varios motivos: el dolor crónico no sólo conlleva un complicado modo de vida para el enfermo, sino que también representa un importante impacto económico para éste y para el Estado, tanto por el coste de los tratamientos como por las bajas laborales (en Europa los costes asociados a la lumbalgia representan entre un 1,7 y un 2,1% del PIB).
Los diagnósticos muestran que trastornos como la depresión o el estrés y emociones como la ansiedad o la ira son padecidos por la mayoría de las personas con dolor crónico. Este hecho conlleva a la elaboración de terapias interdisciplinares, practicadas por profesionales médicos, fisioterapeutas y psicólogos. Por este motivo, el manual de Terapias Psicológicas para el Tratamiento del Dolor Crónico presenta un análisis de las terapias psicológicas más efectivas, que se concretan en la elaboración de un protocolo con diferentes fases teóricas y prácticas de tratamiento grupal e individual.
Las terapias presentadas en las fases del protocolo se muestran efectivas en la mayoría de los casos, aunque su efecto es variado según el paciente, por lo que cada tratamiento es recomendable según el tipo de enfermedad crónica que se padezca. Algunas de estas terapias remarcan la importancia del flujo adecuado de las emociones, como son la hipnosis o la relajación, que pretenden ser un cauce para desahogar y ordenar las tensiones y los pensamientos negativos que agravan la convivencia con el dolor. Otro procedimiento, como el biofeedback, sostiene que la causa del dolor puede ser el fallo en la auto-regulación fisiológica del organismo, y su objetivo es restaurar esta auto-regulación mediante procesos electromiográficos y de la temperatura corporal. La hipnosis, la relajación y el biofeedback se han mostrado efectivas para las migrañas y las cefaleas.
Con el objetivo de restaurar las actividades cotidianas evitadas por el paciente y de fomentar su ejercicio físico, existe también la terapia de las técnicas operantes, que ha resultado altamente efectiva para el dolor lumbar. El método de esta práctica es una corrección tanto postural como de expresión facial y de aguante del dolor.
El estudio publicado también se centra en la actitud de aceptación de la enfermedad y en los modos de relación personal que lleva el paciente, ya que se ha demostrado que las personas que aceptan su dolor e intentan vivir el día a día evitando los pensamientos negativos sufren menos el dolor crónico. Estas terapias reciben el nombre de aceptación y compromiso, mindfulness y escritura emocional.
La importancia de la actitud de vida de los pacientes, así como la necesidad de la interacción con los médicos y especialistas fundamenta la tesis del manual de Terapias Psicológicas para el Tratamiento del Dolor Crónico. Con este estudio, sus autores ofrecen una guía para los profesionales que quieran llevar a cabo terapias psicológicas para esta enfermedad. Además, los beneficios de su adquisición están destinados a Sine Dolore, asociación destinada al tratamiento y a la mejora de la calidad de vida de las personas que padecen dolor crónico.
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